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EL APEGO Y PIAGET SE DAN LA MANO

Aunque la teoría del apego y la teoría de Piaget dan explicación a dos ámbitos diferentes de la persona, no debemos olvidar que no estamos hechos de piezas sino que somos un todo que integra lo intelectual, lo social y lo afectivo y, por tanto, el apego.

Los niños necesitan una relación cercana y continuada tal y como manifiesta Bowlby pero considero que esto se debe no sólo a que no ha desarrollado las suficientes estrategias sociales sino a que todavía no está preparado cognitivamente para almacenar y estructurar la información que le llega del exterior. Me refiero a la información social.

El niño siente un gran apego hacia su madre que es quien le proporciona la mayor parte de los cuidados que necesita el bebé. En el estadio sensoriomotriz el niño explora el medio a través de los sentidos. Medio que en los primeros meses es muy reducido pues las acciones del neonato son alimentarse mediante el reflejo de succión y dormir. Conforme su memoria y sus sentidos  se perfeccionan se va produciendo aprendizaje o condicionamiento clásico, pues comienza a relacionar quién le proporciona el alimento o mejor dicho, quién le mitiga el hambre, quién se preocupa de su bienestar físico y quién le aporta el afecto que necesita.

Cuando la vista se equipara a la del adulto el niño identifica a su madre. La memoria icónica le permite asociar y reconocer su entorno social más inmediato; su familia. Por tanto, si su desarrollo cognitivo se perfecciona, su relación con el mundo se amplía  y, bajo mi punto de vista, la figura principal sigue siendo la madre sin embargo, el niño siente apego hacia otras personas aunque a otro nivel de intensidad.

Llegado este punto me hago la siguiente pregunta. Si el pilar fundamental para un niño o niña en la primera infancia es la madre, ¿por qué Freud habla del complejo de Edipo para los dos géneros? En ambos casos, tanto en niños como en niñas, la comida ha sido proporcionada por la madre y esto la convierte en la mayor fuente de apego. A partir de este supuesto entiendo que el niño no quiera compartir a su madre con nadie, pero en el caso de la niña no entiendo por qué es el padre la figura por la que se genera el conflicto afectivo.

Si seguimos de la mano de Piaget llegamos al estadio preoperacional. El niño ha ido integrando el mundo en su mente, y su capacidad cognitiva condiciona la forma en la que lo percibe. Como vimos en el video el niño confunde conceptos como cantidad,  tamaño, volumen… así identifica iguales dos vasos de la misma capacidad con el mismo volumen de agua, sin embargo, al observar que el contenido de uno de ellos se cambia a un recipiente más alto le hace entender que éste último posee mayor cantidad de agua. Estos errores en la percepción de la realidad inerte supongo que serán mayores en el ámbito social por ser mucho más complejo y variable.

El niño se distingue del mundo, y el desarrollo motor y la autonomía le han ayudado a adquirir esta capacidad sin la cual el ser humano sería un caos por no discriminar los estímulos externos de los propios. Sus relaciones sociales son más numerosas, y los ambientes en los que interacciona también son más variados, lo que le condiciona en el ámbito afectivo y más concretamente en el apego. En mi opinión, si no es capaz de distinguir la capacidad de los vasos no es capaz de querer a varias personas simultáneamente si ambas están en el mismo contexto. En la familia su figura referencial sigue siendo la madre, y cuando ésta se ausenta o reprende al niño por alguna conducta su afecto lo traslada a su padre. En situaciones así el niño protesta y manifiesta que no quiere a la persona que impide su forma de actuación. Si la madre y el padre no se mantienen firmes y unidos en las decisiones que toman respecto al hijo, éste aprende a usar el chantaje emocional para obtener sus objetivos. Sólo tenemos que ver “Supernanny” para comprobar que así sucede.

En la escuela el niño rivaliza con sus compañeros por un juguete y por la atención de la profesora porque no sabe lo que es compartir. Es incapaz de ponerse en el lugar del otro, y el egocentrismo adquiere en este momento uno de los puntos más álgidos del desarrollo de una persona. El niño tampoco entiende la reversibilidad o que algunas acciones tienen consecuencias. Por esto y por algunos malos hábitos adquiridos en casa, hay niños que sufren un gran trauma en su periodo de adaptación a la escuela si las relaciones sociales se han limitado a su madre y a poca más gente. Errores como la sobreprotección suponen un costoso trabajo por parte del niño y por parte del profesional que trabaja para que el niño se integre.

Con la adquisición de otras capacidades cognitivas y las habilidades que despierta en el sujeto, Piaget presenta otro momento de vital importancia al que denomina estadio de las operaciones concretas. El niño aplica sus esquemas mentales y reestructura su mente continuamente por la cantidad de información que recibe del exterior. Del mismo modo ocurre con el apego, pues el ámbito cognitivo y social caminan juntos a lo largo del ciclo vital. El entorno le proporciona estímulos para su desarrollo intelectual, y el intelecto le permite que los estímulos puedan ser interpretados. Quién fue primero, si el huevo o la gallina no es un acertijo que podamos incluir en la teoría piagetiana pues, metafóricamente, están estrechamente unidos.

En este estadio el niño es más autónomo y explora el medio adquiriendo conocimientos y autogestionándolos a través de la manipulación directa. Interpretando los problemas del área de matemáticas, el niño necesita ejemplos concretos y una capacidad de comprensión de enunciados que requieren mucho vocabulario. Si es así, no entiendo por qué en la escuela nos empeñamos en exigir la resolución de problemas después de comprobar que la mayor parte de los alumnos los han ejecutado mal y es necesario un gran esfuerzo de traducción de todos los datos en ejemplos sencillos. Los niños parten de lo concreto aunque su pensamiento ya es reversible y descentralizado. A pesar de que la intención de Piaget era explicar el desarrollo cognitivo, su teoría ha tenido y sigue teniendo enormes repercusiones para el aprendizaje.

En lo que respecta al apego, en esta etapa es más complejo y no tan centralizado al igual que el ámbito cognitivo. Entiende que puede querer a varias personas a la vez aun no estado presentes, y éstas a su vez son queridas por otras. En el grupo de iguales no quiere a la profesora para él/ella solo/a sino que entiende que hay otros compañeros que también necesitan su ayuda. Alguna vez hay que recordárselo, de todas formas, cuando no respetan los turnos de palabra y requieren la atención del docente para ellos. Si esto se trabajase desde casa tendríamos mucho camino conseguido en lo que se refiere al apego hacia el profesor.

El apego que experimentan los niños en primaria es diferente según el género. El año pasado en psicología social estudiamos el conflicto y la resolución del mismo. Los niños son más violentos entre ellos pero los enfados les duran poco y los solucionan rápidamente. El apego se siente hacia todos por igual aunque siempre hay líderes. En el caso de las niñas, los conflictos se resuelven de una forma más pacífica y tienen más estrategias sociales por el estereotipo de juegos que se siguen practicando. Pero por lo que veo cada día en el recreo, el apego entre ellas es más intenso y exclusivo (centralizado como en un estadio anterior). Suele haber grupos más reducidos, 3 ó 4 niñas, en las que suele ser una de ellas dominante. El resto compite por ganar la amistad de la que lidera. Es frecuente la frase “me ha dejado en plantón”.  No sé si se puede generalizar, pero estas situaciones son bastante frecuentes en mi centro y fueron en mi infancia.

Finalmente en el último tramo, el de las operaciones formales, el sujeto posee un pensamiento más abstracto. Es capaz de deducir utilizando la lógica sin que sea necesario manipular para hallar el resultado.

En lo relacionado con el apego, el adolescente posee un abanico amplio de relaciones sociales y un orden de intensidad afectiva con cada una de ellas. El apego ahora se centra más en los amigos ya que estos le permiten explorar la identidad de sí mismo sin las limitaciones, unas veces pertinentes y otras no, de sus padres. Como su pensamiento es abstracto puede empatizar con las personas y es capaz de ponerse en el punto de vista del otro.

Las bases que se hayan asentado, principalmente en el núcleo familiar y luego en su escolarización, serán fundamentales en una etapa llena de conflicto e inseguridades. Haber tenido unos padres muy protectores que reprimen al niño de experimentar puede producir un apego ambivalente o evitativo. Existe una confusión en algunos padres que piensan que quieren más a sus hijos por no permitir que se caigan o se ensucien. Cuando así ocurre, les regañan o se asustan ante la caída,  generando en el niño angustia. Los niños tienen que caerse y levantarse por sí mismos. Si el adulto exagera ante algo tan insignificante, el niño; futuro adulto, se encuentra desprovisto de estrategias para salir de un problema más relevante. Si se le resta importancia a dicha caída el niño interpreta el mundo como algo más sencillo de lo que él puede tomar partido. Se garantizará en este contexto como con otras conductas, un apego seguro en el sujeto; aunque cada clasificación de apego, no teórica sino aplicada, tenga rasgos de otras. (Después de practicarme el test no sé dentro de qué tiología estoy).

Muchas son las madres que se presentan preocupadas al finalizar primaria por el paso de sus hijos al instituto. Esta preocupación, al igual que con la simple caída, genera inseguridad en el adolescente y en la mayoría de los casos se produce la profecía autocumplida. Las expectativas que tienen del instituto se confirman porque su miedo es transmitido al que, al fin y al cabo, pasa por ese tramo educativo.

Para terminar y a modo de conclusión, Piaget también tiene algo que decir en cuanto al apego y que haya centrado sus estudios en la infancia y la adolescencia no es más que un síntoma de que estas etapas tienen una importancia crucial para nuestra vida adulta. Ocurre con la cognición y ocurre con el apego pues se dan la mano y determinan nuestra forma de seguir desarrollándonos salvo que el destino nos haga cambiar.

1 comentario

Alejandro -

Hola Esther

Felicidades por este comentario. Genial cómo lo has elaborado, cómo conectas dos teorías diferentes pero complementarias, demuestras ir pensando en términos evolutivos, y me alegro mucho por ello.

La verdad es que no sé por dónde empezar. Bueno, sí.

Aún no conoces la obra de Kegan, y es lo que más valoro, porque expresas intuiciones (incompletas) pero bien dirigidas.

Lo bueno de la obra de Kegan es que integra el desarrollo cognitivo con el socioafectivo, y para eso hay que ir más allá de la teoría del apego, aunque incluyéndola.

Unas precisiones.

Desde el Psicoanálisis, las niñas desarrollan el complejo de Electra, la atracción hacia el padre, y los niños el complejo de Edipo, más conocido.

En ambos casos suponen una identificación por la figura sexual con la que compiten inicialmente, a la que toman como referente, como modelo.

El apego y la necesidad afectiva va más allá de lo que cognitivamente el niño puede procesar (aunque esté influido, claro). La necesidad afectiva de vinculación es fundamental en el ser humano.

Otra cosa es cómo se ve mediatizada según avanza su desarrollo cognitivo, o su desarrollo de conciencia como veremos dentro de poco.

El tema es cuánto de esa experiencia emocional podrá gestionar, objetivas, en vez de estar sujeto a la misma.

Valoro mucho esta frase "En mi opinión, si no es capaz de distinguir la capacidad de los vasos no es capaz de querer a varias personas simultáneamente si ambas están en el mismo contexto", porque supone darse cuenta que el desarrollo cognitivo tiene sus implicaciones en otras áreas vitales, como la social. El que te des cuenta de esto ya es para mí muy importante.

Te falta un marco teórico más integrador, pero vas muy bien encaminada.

Por supuesto, la manera de socializarse de las niñas, es diferente a la de los niños. Por múltiples motivos... espero que podamos hablar de esto también cuando introduzcamos el tema de la construcción de la identidad. En las niñas no queda claro que el desarrollo de la intimidad sea posterior, sino previo o realizado al mismo tiempo.

Lo que mencionas respecto al estadio de las operaciones formales es mucho más complejo, pero no pasa nada, profundizaremos en ello.

De nuevo falta introducir más elementos teóricos pero vas muy bien encaminada.

Felicidades.


Alejandro