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TEXTO DE JUAN FERNÁNDEZ SIERRA. Acción docente y opciones curriculares. II PARTE.

Quiero volver a escribir sobre el texto de Fernández Sierra porque somos personas cambiantes bajo la influencia de otras personas y contextos. Somos seres reflexivos y maduramos los pensamientos a partir de la adquisición de otros nuevos.
Esta naturaleza moldeable que tenemos los seres humanos se desarrolla en todos los ámbitos de nuestra vida, y en el caso de los maestros y profesores con mayor motivo, pues trabajamos en interacción con otros profesionales y con los alumnos. Estos últimos, a través de su comportamiento, derrochan continua información sobre su actividad de enseñanza y aprendizaje. Pero no sólo manifiestan los conocimientos y el bagaje conceptual que van adquiriendo. También nos muestran sentimientos, afectos, conflictos, logros, su experiencia vital y, por supuesto, la influencia que tienen sobre nosotros los enseñantes.
Pero siendo así, ¿por qué nos ponemos una venda en los ojos? ¿Por qué nuestra forma de enseñar ignora, a veces, que son personas, seres activos a los que hay que dar todavía la mano para seguir desarrollándose?
Estamos estudiando tres formas de entender el currículo. En primer lugar, un currículo técnico centrado en la consecución de objetivos académicos que desarrolla una metodología homogénea que no se adapta a las necesidades y expectativas de cada discente; y esta metodología va haciéndose cada vez más desfasada con los cambios sociales que se están produciendo en la actualidad. La figura del profesor bajo este enfoque es de un mero ejecutor y reproductor de la sabiduría que se ha ido forjando con el transcurrir del tiempo. Sin duda el defecto más grande que encuentro a esta forma de concebir el contexto educativo es el alarde de ciertos profesionales que parecen adquirir prestigio por el campo de conocimiento que dominan y el fracaso escolar. Interpretan de esta relación una falta de interés del alumno y se aferran a los buenos académicamente como justificación de que su forma de proceder es la correcta.
En cuanto a la figura del orientador podría decir que pone el acento en los aspectos cognitivos y en los contenidos de las áreas que aparecen en el currículo. La función del orientador es ser un instructor y un animador del aprendizaje cuyos programas de formación se centran exclusivamente en objetivos cognitivos. Desgraciadamente es el predominante en educación secundaria y su principal limitación reside en no tener en cuenta las implicaciones afectivas.
El modelo práctico es más benévolo en lo que respecta a lo anteriormente expuesto. Da un paso más allá y la figura del profesor adquiere un mayor protagonismo. Este es el encargado de proporcionar una metodología y unos contenidos más realistas y significativos desde el punto de vista de la psicología cognitiva. No importa sólo el resultado del aprendizaje sino cómo se adquiere el conocimiento.
El papel del orientador es el de construir y desarrollar significado al currículo.
Siendo sincera y admitiendo que debo a abrirme a un modelo aún más flexible, me encuentro en la ejecución de un currículo práctico. No me ciño al libro, de hecho salgo mucho de él en las áreas instrumentales; y en cuanto a la enseñanza de la música, la metodología es fruto de mi inventiva y de invertir horas en unas actividades que impliquen la continua participación del alumnado. Juego con el factor sorpresa y con el cambio, para no caer en la monotonía y, por tanto, captar su atención. También es cierto que esta asignatura facilita la innovación y la reflexión. Pero volviendo a mi labor de profesora de matemáticas y lengua, me centro en dar actividades que conecten con las ideas previas de los niños. La evaluación es continua y no me ciño a pruebas escritas, sino que también es cualitativa. Reflexiono sobre mi labor y procuro evaluarme. A veces meto la pata pero sigo y seguiré aprendiendo. A pesar de todo esto, estoy a medio camino.
Mayor ha sido la decepción conmigo misma después de la última clase con Alejandro. Estaba totalmente convencida de que conectar los nuevos conocimientos con los ya existentes era como se producía el aprendizaje y, en lo que respecta a esto último, mi labor estaba siendo acertada. Pero al estudiar a Piaget, sólo hago el primer plato de la alimentación educativa. Según Piaget la “asimilación” tiene lugar cuando los niños incorporan la nueva información a su conocimiento existente. Bajo este supuesto el alumno sigue teniendo un papel pasivo porque los contenidos, aunque relacionados, siguen siendo sumativos. Sin embargo es en la “acomodación” con la que se produce el aprendizaje ya que el niño ajusta y reestructura la información que ya posee. Así es dueño y partícipe de su propio aprendizaje. Y esa “acomodación” que la psicología cognitiva aporta, no es más que el proceso reflexivo que tiene lugar con el modelo emancipatorio. El consuelo es que al menos no desarrollo un modelo curricular técnico.
El papel del orientador se tendría que entender como una figura que proporciona respuestas a problemas y necesidades más complejas y funcionales, con conocimientos básicos y la ejecución de los mismos, y necesidades extrafuncionales, como las actitudes y comportamientos relacionados con el contexto social. Teniendo en cuenta una sociedad multicultural y multiétnica el orientador asumiría responsabilidades, planificaría su trabajo y lo desarrollaría en función de las necesidades y demandas sociales respetando las diferencias.
En general, tanto los orientadores como el profesorado, debemos ser críticos de nuestra propia actividad. La colaboración y compartir responsabilidades, necesidades y logros sería el principio a perseguir.
La maduración del texto y la dinámica que hicimos en clase al dividirnos en las tres formas de desarrollar un currículo me ha permitido hacer más accesible (conceptualmente) el tercer modelo teniendo en cuenta que en mi grupo lo estuvimos discutiendo. Aún así sigo sin verlo tangible. Aunque me quite la venda de los ojos me cuesta dar el paso. En mi caso, como supongo que el de la mayoría, es miedo a lo desconocido. El control nos da seguridad y el desconocimiento desemboca en estancamiento.
Tengo que añadir que cada vez estoy más convencida de que el modelo emancipatorio o crítico no está tan ligado a los proyectos que hasta el momento he llevado acabo en la asignatura de música a pesar de lo moldeable que es, porque han sido pequeñas innovaciones desde mi propia práctica. Me han llevado mucho tiempo y he roto con lo estandarizado. Pero, ¿dónde está la globalización que supone ese modelo? ¿Dónde está la colaboración de mis compañeros? Porque he llorado mucho, literalmente, cuando me sentía impotente y más en una disciplina tan poco valorada. Me he encontrado sola aunque nunca me he desanimado ya que veía disfrutar a los niños, que al fin y al cabo es por ellos por quienes lo hago. Por otra parte, ¿por qué tengo tanta inseguridad en hacer lo mismo en matemáticas y en lengua? Tengo mucho que mejorar. Al personal de infantil, respecto a la innovación, le ocurre lo mismo y parece una etapa educativa que se aisla, un gueto, pero creo que nadie se detiene a preguntar ¿Trabajamos juntos para mejorar el currículo y ofrecer mayor calidad de la enseñanza? El objetivo sería que el profesor, la comunidad educativa en general, diseñe unos principios para formar a futuros ciudadanos del mundo. Tal y como están organizados a día de hoy los centros de primaria y secundaria, es decir, mucho profesorado, sobrecarga curricular y, principalmente en secundaria, la pérdida de la acción tutorial, es al menos para mí una utopía. Supondría tanto cambio que hoy me parece inalcanzable aunque deseado. Eso es un primer paso.
Sí me parece factible en los CRA (centros rurales asociados) con poco alumnado y profesorado, hasta el punto de unificar en clase aún conviviendo varias edades. Otra ventaja es que como se desarrollan en pueblos con reducido número de habitantes, se conoce bien el contexto. Además se pueden derribar los muros arquitectónicos de la escuela para hacer partícipes a la comunidad educativa y crear una auténtica micro-sociedad, descendiente directa de la sociedad global en la que hallar solución a problemas.
A medida que voy atravesando por capas de este entramado curricular me siento más impotente y más inexperta. Tal vez esta sea la actitud, el inconformismo, el que conduce a los seres humanos a luchar por el cambio.

1 comentario

Leonor -

Esther, te felicito en primer lugar por haber vuelto a escribir, ya desde otra mirada y perspectiva, desde la posibilidad de la apropiación de algunas ideas y conceptos, o desde la acomadación que se ha producido en tu proceso de comprensión. Sin duda, entender es fundamental, tal vez la dinámica de la clase puso en evidencia algunos constrastes porque suponía transferencia de conocimientos, aplicación, y también y ponerse en el lugar... Tal vez allí es cuando surge esa disrupción e insatisfacción con tu modo de abordar la práctica... es sin duda el buen camino para indagar y buscar respuestas... eso sí con andamios y apoyos para no generar en tí frustración.Creo que podemos utilizar tu descrpción del proceso de aprendizaje como ejemplo de aprendizaje experiencial, y de aprendizaje relevante. Además que has establecido conecciones con otras asignaturas que te han llevado a replantear ideas. Digo aprendizaje relevante, en el sentido que has ido más allá del aprendizaje significativo, y de hacer una relación de nuevas estructuras a ideas previas. Me explico, en tu caso estás aprendiendo mediante la reinterpretación de tus significados habituales, de las representaciones que tenías sobre tu práctica, mediante la reconstrucción de conocimiento.
Por otro lado, dar el salto no es fácil, asumir una postura crítica requiere no solo una postura individual sino colectiva. Está claro que supone asumir riesgos: ir más allá de lo establecido, de lo pensado habitualmente, intentarlo... comprometerse, superar desestructuración inicial, afrontar la incertidumbre.... Darse cuenta ya es el primer paso, hacer consciente, explicito, manifiesto es una gran tarea, no te sientas impotente porque muchos ya están haciendo... y estás en el camino al cambio, no es fácil pero si desafiante, y si hay entusiasmo, convicción mucho mejor. Pero no creas que tu puedes con todo, ni que depende de tí... necesitamos entretejer ese entramado...