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UN MUNDO DE CONTRADICCIONES

Después de la anterior reflexión, quisiera escribir otros aspectos también relacionados con la lecto-escritura y que anteriormente no mencioné.

Hace tres cursos escolares, se llevó a cabo, principalmente en Alcalá de Henares, el año cervantino. Todo estaba impregnado de Quijote. Desde el Ayuntamiento se dividió este libro en capítulos en función del número de colegios e institutos, y a cada uno de estos centros se les asignaron unos episodios que tenían que transcribirse por los alumnos y los profesores literalmente. En el centro celebramos unas jornadas culturales que versaban sobre dicho libro. Se hicieron danzas de esa época, se visitó la casa de Cervantes, se representaron teatralmente fragmentos de tan conocido libro con adaptaciones para los niños. Se eligieron libros sobre el Quijote en versión para Primaria como lectura obligatoria. Absolutamente todo estaba invadido de Quijote, Sancho y Cervantes.

Fue el año en el cual se hizo más explícito el fomento de la lectura que a través de la Concejalía de Educación se hizo extensible incluso en la publicidad. Dicha ley consta de 27 artículos en los que se exponen programas, proyectos y acciones dirigidas a la promoción de la lectura, entre otras cuestiones.

-      “Que mejor forma de imponer el Quijote” - pensaron en Alcalá.

Pero, ¿en algún momento nos detuvimos a pensar si era lo más apropiado para el alumnado de Primaria? Echando la vista atrás, veo que en absoluto. Se trata de un libro dirigido a adultos por el vocabulario que emplea. Es más, recuerdo que me obligaron a leerlo en el instituto, y le cogí aversión porque no me motivaba, porque era impuesto y no supe, ya que no estaba preparada para ello, apreciarlo como obra maestra que es. Por tanto, si siendo adolescente con un pensamiento formal, con cierto dominio de la lengua, la gramática y otras competencias de este área, no me resultó interesante, para un niño me parece tedioso. También me parece una falta de criterios pedagógicos por nuestra parte.

Se hizo tanto hincapié en el año cervantino que perdimos el sentido de la realidad y nos dejamos arrastrar por una fecha más que por la sensatez y el verdadero objetivo de crear un fomento realista de la lectura.

Considero que a veces los adultos no somos capaces de meternos en la mente de un niño. Corregimos sus escritos a un nivel que no son capaces de comprender o asimilar. Nosotros podemos atender a la ortografía, caligrafía, expresión, ubicación en el papel… Pero cuando un niño escribe un cuento le intentamos enseñar a que atienda a todos esos elementos que no son capaces de ver simultáneamente. Y es lógico por las características de su pensamiento, como la centración, atendiendo a un aspecto excluyendo los demás.

Algunos profesionales de la enseñanza tienden a imponer la pedagogía escaparate. Un ejemplo de esto es el que cada trimestre se me presenta en la elaboración del periódico. Cuando llega el momento de seleccionar los trabajos que los alumnos han ido realizando surge la polémica sobre si presentarlos mediante ordenador o manuscritos por ellos mismo. En mi caso soy partidaria del texto manuscrito porque respeta la forma en la que ellos presentaron el trabajo, porque reconocen sus propios escritos, y porque reciben una retroalimentación positiva al entender que su esfuerzo ha sido apreciado públicamente. La letra infantil no está constituida, es imperfecta, pero ahí radica la riqueza de ésta. Aceptar precisamente su imperfección es asumir que son niños que aún se está desarrollando, que tendrán una evolución y que serán los protagonistas de sus aprendizajes, aunque les demos la mano para adquirirlos, para integrarlos y que formen parte de la persona que son.

Existen centros que trabajan la lecto-escritura desde el principio con el ordenador. Supongo que este sistema posee ciertas ventajas como puede ser (para mí es una hipótesis pues desconozco esta forma de trabajo) que el niño se acostumbre a la letra impresa en los libros, pues esta habituación generará una descodificación más rápida y pronto pasarán de un método fónico o sintético a uno global o analítico. Esta rápida descodificación puede propiciar que el niño comprenda antes el mensaje y, por tanto, su comprensión mejore. Puede tener otros beneficios que en mi posición me encuentro incapaz de ver. Pero sí creo que anulamos el protagonismo absoluto del niño en lo que él mismo, solo y autónomamente, crea.

Otro aspecto que tal vez desde mi ignorancia me preocupa es lo relacionado con el bilingüismo. Soy de la opinión de que no se puede conseguir un verdadero bilingüismo si partimos de un rechazo a las versiones originales en el cine, si no hay una profunda inmersión de la lengua inglesa porque las familias la desconocen o la medio chapurrean… Dicen que es un proceso lento, y que cuando pasen unas generaciones veremos los resultados. Económicamente, los colegios compiten por ser bilingües porque la Comunidad les da mayor dotación. Todo ello en detrimento de qué, ¿de nuestra lengua?

Los defensores argumentan que la lengua española se sigue utilizando en las áreas instrumentales y que por tanto no se verá desbancada.

Pero el conocimiento del medio y la educación artística pasan a impartirse en otro idioma que difiere mucho del nuestro, porque para empezar se pronuncia de forma distinta a como se escribe.

He de añadir que cuando hablamos de la didáctica de la lengua, defendemos un enfoque globalizado. Que ese fomento de la lectura y la escritura no se trabaje sólo desde el área de lenguaje. Que se haga extensible a todas las áreas. Que nuestra cotidianeidad está llena de palabras. Que leamos, que generemos cultura. Que contribuyamos a seguir transmitiendo ese bagaje de nuestra historia. Que seamos parte de ella.

¿No hay una contradicción en todo esto?

Spinoza (1632-1677) afirmaba que “la experiencia nos ha demostrado que a la persona no le resulta nada más difícil de dominar que su lengua”.

No llego a comprender por qué la escuela, en vez de ser una facilitadora del aprendizaje, lo complica todo tanto.  

1 comentario

Ana Belén -

Planteas muchos temas interesantes para debatir.

Creo que tú misma das la clave de algunos de ellos. Tal vez priman otros intereses en lugar de los objetivos que deberían guiar la enseñanza y el aprendizaje.

Muy buena reflexión. Es fantástico que relaciones tu experiencia con los temas que vemos en clase.